Brindo...
Brindo por los que pueden vivir despiertos Por los que los que no hablan en voz baja Por los que se miran al espejo sin mirarse Por los que van al cine solos Por los que regalan libros Por los que escuchan música con los ojos abiertos Y la escuchan Por los que leen lo que no está de moda Por los que duermen tapados en verano Por los que se bañan dos veces al día en el invierno Los que temen a los pasillos oscuros A la mano que se acerca tras la cortina de la ducha A regalar un cumplido A pisar a un niño Brindo por los que hablan dormidos Y nunca se delatan Porque no esconden nada Por los que se pasean desnudos por la casa Por los que usan colonia distinta a cada lado de la cara Por los que escriben a mano con tinta sepia Por los que mandan e-mails y los firman con su nombre Por los que te dan la mano Y te la dan Por los que no miran de reojo Por los que no caen bien a todo el mundo Brindo por los aplazados también Los que no tienen qué perder y nunca ganan Por los que no necesitan beber para embriagarse Por los que beben sin prisa ni desorden Por los desordenados que se beben a sí mismos Y se saben bien Por los que no olvidan Por los olvidados, brindo Por los que recuerdan todo o casi todo Por los que no dejan mentir Brindo por los avasallados de esperanza Por los ciegos de tanto ver Por los que saben demasiado Brindo por los que se abrazan así mismos Por los que abrazan Por los que escriben correctamente Aunque cometan errores Por los que hablan sin pensar Porque ya lo han pensado antes Por los que preguntan en voz alta Por los que recuerdan a aquella niña De la paleta roja Al viejito de la esquina A la señora del aseo A la de los muslos como rocas A la que temblaba con las canciones lentas A la que besaba con sed Brindo por la que nunca volteé a ver Y ahora es más hermosa Por los que saben de la magia De beber de la manguera del jardín O directamente de la llave Por las canciones que me recuerdan cosas que no recuerdo Por los olores vespertinos Las tardes del otoño Brindo Por las cosas que pasaron No por las que no debieron Brindo por los que nunca pudieron Callarse a tiempo Brindo por los extemporáneos Los exóticos Los extraordinarios Los extraños Los exagerados Por los sigilosos, no Por los que andan de puntitas, no Por los que no conocen los matices, brindo Por los que ven la vida en blanco o negro Por los que ven a colores y no se confunden Por los que no defienden los interminables grises Brindo por los que importunan Por los que te cuentan el final de la película Por los que se van en medio de la fiesta Por los que bailan solos Por los que no bailan, sobretodo, brindo Por los que la reconocen sólo por sus tobillos Por el sonido de sus pasos Por los que se enamoraron por su voz Por los que se fueron para siempre Por los que dejan las puertas abiertas Por los que duermen en sleeping en su casa Por los que nunca duermen de verdad Brindo por las cosas que uno nunca dice Brindo por todo lo que he dicho Por un buen nudo de corbata Por un reloj a tiempo Por una comida poca Por una charla sin recibos Por una pelota azul Brindo por dormir con dos almohadas Por los que se suben a cantar y no la saben Por los que se la saben bien Por el que siempre te pregunta Por el que gusta discutir conmigo Siempre que yo no esté presente Por los que no gustan de mi letra Y -aún entonces- me la copian Brindo por los que me enseñaron Por los que me aprendieron algo Brindo por cada cosa que no quiero Brindo por todo lo que quiero Todo lo que tengo Todo lo que sé Todo lo que extraño Todo lo que ignoro No brindo por no querer saber Yo sí quiero saber Yo sí quiero saber a algo Salado cuando te muerdan Y no dulzón y avergonzado Yo que he visto bajo la mesa Sé quién trae los zapatos anudados Los calcetines por pares Las medias rotas Los tacones flojos Los sexos apurados Los pies inquietos Las servilletas tiradas Las rodillas amoratadas De tanto hincarse por las esquinas Brindo por los que no tienen rodillas Sobre todo, eso Brindo por los que no rezan Por los que rezan de verdad No porque temen ni necesitan Brindo por los que creen de verdad Por los que no creen, brindo Por los que cantan para no dormirse Por los que pueden vivir despiertos Brindo, por los que brindan de verdad Brindo por la lluvia en plena madrugada Los relámpagos reflejados en caderas tibias Tersas caderas perfumadas Por el amor Brindo Por el derecho a ciertas formas de locura A ciertas faltas de ortografía A ciertas faltas de urbanidad A ciertas impropiedades, brindo Por los que no aprendieron la lección Por los que nunca aprenderán Por los que dicen que harán hasta lo imposible Y hacen lo imposible Por los que contestan el teléfono con otra voz Y luego se sonríen Por los que no contestan Por los que se enamoran a distancia Por los que escriben sin acentos Por los que preguntan estupideces Por los que preguntan Por los que saben que no saben Y lo dicen Por los que saben Y lo dicen Por los que no dicen nunca nada, no No brindo por ellos Por los que no opinan Por los que dicen que sólo les gusta escuchar Por los que dicen que no tienen nada que decir No, no brindo Yo brindo por los soberbios Los que no hacen caso Pero no por los necios No brindo por los necios Ni por las sonrisas ambulantes Yo brindo por los actores No por los que actúan Por los que sangran cuando mienten Por los que sangran cuando les mienten Por los que sangran sin quejarse Por los que le temen a las agujas Al olor de hospital Por los que no fuman de nervios Por los que no creen en el equilibrio de las cosas Por los que no creen en el equilibrio Por los desequilibrados, brindo Por los que tienen enemigos Por los cobardes que sólo tienen amigos, no Por los amigos, brindo Por las mujeres de mi vida Por las mujeres de mi muerte Las manzanas de mi huerto Mis Evas, mis costillas faltantes Mis costillas flotantes Mis lunares El temblor de mi espalda si la besan Mi terror a las cosquillas Mis relojes Mis aviones Mis nubes Mis lunas Su fotografía La letra que me falta La canción que me espera La nota discordante La atonía La afonía Brindo, ahora cedo Tienen la palabra
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